En la Estancia Santo Tomás dentro de la Reserva Nacional Quebrada del Condorito, se encuentra un área de restauración de 64 hectáreas dónde este año se plantaron 4.621 arbolitos. Con estos, el sitio ya cuenta con 27.734 árboles nativos de Polylepis australis y ya se llevan intervenidas 26,4 hectáreas.
No te pierdas el video al final de este blog.
La estancia "Santo Tomás" está ubicada en el corazón de la Pampa de Achala, en las Sierras Grandes de Córdoba rondando los 2000 m.s.n.m.
Luego de varias intensas jornadas durante el mes de diciembre con el equipo profesional que lleva a cabo las actividades de restauración ecológica en el área, y contando con la colaboración de muchísimos voluntarios que se acercaron deseosos de meter las manos en la tierra, se logró cumplir el objetivo dispuesto para el área en esta temporada: 4.000 plantines de "Polylepis australis" (Tabaquillo).
El árbol con el que trabajamos es conocido localmente como "tabaquillo" y tiene un rol clave en la regulación hídrica en las Sierras Grandes.
Ayuda a proteger los suelos, a disminuir el impacto de las lluvias y a captar agua de niebla. Por esto, decimos que ayuda al gran tanque de agua que forma esta cadena montañosa para toda la provincia.
Estos más de 4.000 plantines forman parte de los 100.000 dispuestos para esta temporada que finaliza en marzo del 2022 cómo objetivo grupal por la iniciativa Acción Serrana que nuclea 6 grupos trabajando en 12 áreas de restauración en todas las Sierras Grandes de la provincia de Córdoba.
El grupo que se encuentra trabajando en el área de Santo Tomás está conformado por Daniel Renison, Javier Sparacino y Fernando Puccio principalmente, secundados de muchas valiosas personas, profesionales de varias ramas de las ciencias naturales y otros voluntarios que día a día le ponen todo el empeño.
Santo Tomás además de ser una zona de restauración ecológica también cuenta con varias parcelas en las que se llevan a cabo distintas investigaciones científicas, que logran hacer crecer nuestro entendimiento y afinar los métodos de trabajo a campo para llegar a mejores resultados.
Por más que las plantaciones se dan en el mes de diciembre, el trabajo se sostiene todo el año. Durante los meses de enero y febrero es momento de recolectar las semillas, que serán germinadas, dando comienzo al trabajo de vivero que dura todo el año. Repicando los brotes, para ser colocados en tubos forestales, y desde allí cuidarlos para que crezcan en óptimas condiciones de salud hasta el momento de ser colocados en la montaña nuevamente.
Pero más allá del trabajo de reforestación también hay innumerables tareas cómo alambrados para asegurar la exclusión ganadera, arreglo de cárcavas y monitoreos de supervivencia, lo cuál lo vuelve un trabajo sin pausas durante el año.
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